Investigación Internacional de astrónomos, liderado por investigadores de la Swinburne University of Technology, han hallado pruebas de que el Universo cortó su creciente 'fiebre' hace 11.000 millones de años y comenzó a enfriarse.
Según explica el artículo, publicado en 'Monthly Notices of the Royal Astronomical Society', los expertos midieron la temperatura del Universo cuando éste tenía entre 3.000 y 4.000 millones de años de edad mediante el estudio del gas existente entre las galaxias. Durante esos primeros años de desarrollo del cosmos, muchas galaxias extremadamente activas fueron cambiando, por primera vez, la temperatura (alta) de su entorno.


"Sin embargo, hace 11.000 millones de años, esta 'fiebre' parece haber desaparecido y el Universo comenzó a enfriarse de nuevo", ha apuntado la investigadora principal del estudio, Elisa Boera. "El medio intergaláctico es un excelente grabador de la historia del Universo. Conserva la memoria de los grandes acontecimientos que afectaron a sus propiedades, como la temperatura y la composición, durante sus distintas fases de la evolución", ha indicado.
Un estudio anterior encontró que el Universo sufría esta 'fiebre' en su historia temprana. Para ello, sus autores utilizaron un nuevo 'termómetro': la huella dejada en la luz por el medio intergaláctico que viajó a la Tierra desde objetos distantes y extremadamente brillantes llamados cuásares.
En el nuevo estudio, Boera y su equipo han recogido la luz más azul que transmite la atmósfera de la Tierra --penetrante luz ultravioleta (UV) de 60 quásares-- y usó el mismo método que en el estudio anterior. Esta luz UV llega de un periodo algo más tardío que el del desarrollo del Universo, lo que permite la nueva medición de la temperatura.
Los expertos han indicado que la luz del cuásar sugiere que el Universo se había enfriado unos 1.000ºC en un millón de años después de llegar a su máximo de 13.000ºC. "Esta tendencia de enfriamiento ha continuado probablemente hasta nuestros días", ha indicado la investigadora principal.


Acerca de los motivos de este cambio, Boera ha explicado que la respuesta "más probable" es el helio. "El 14 por ciento del gas intergaláctico es helio y, hace 12.000 millones de años, estaba absorbiendo la radiación intensa de las galaxias activas, perdiendo electrones en el proceso", ha señalado.
En este sentido, ha indicado que los electrones pasan a toda velocidad alrededor, calentando el gas, similar al efecto de invernadero en la Tierra: Gas de dióxido de carbono absorbe la radiación infrarroja y calienta la atmósfera. Una vez que todo el helio se ioniza, la radiación simplemente pasaría a través del gas sin calentarlo.
"Luego, cuando el Universo se expande el gas se enfría, al igual que el frío gas rociado desde un aerosol puede enfriar rápidamente, ya que se expande fuera de la lata", ha concluído la experta.

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