¿Hay vida más allá de la Tierra? La pregunta que millones de seres humanos se vienen haciendo desde casi los albores de la humanidad tiene una respuesta convincente para Fernando J. Ballesteros, jefe de Instrumentación del Observatorio Astronómico de la Universitat de Valencia: "No sabemos si existe vida extraterrestre, pero las probabilidades son muy altas, porque aunque no se puede afirmar fehacientemente por falta de evidencias directas, sí las hay indirectas de que podría haber vida en Marte". 





Desde que en los años setenta aterrizaran sobre la superficie de Marte las dos naves norteamericanas no tripuladas "Viking", "hay evidencias que apuntan a que puede haber vida en Marte", afirmó Ballesteros en el transcurso de su conferencia "¿Hay vida extraterrestre? ¿Podremos contactar con ella?", con la que este martes se abrió en la sede de la Fundación Cañada Blanch el nuevo ciclo de charlas científicas "ConecTalks" que dirige el catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València, Vicent J. Martínez.

Pese a los resultados que indican que puede existir vida en Marte, Fernando J. Ballesteros resaltó que no se conocerá con certeza si hay hasta que el hombre no llegue al planeta rojo. "Si se confirmara que existe algún tipo de vida independiente de la Tierra y se descartara la teoría de que en el pasado pudo haber algún tipo de contaminación entre nuestro planeta y Marte, querría eso decir que estamos en un sistema solar en el cual hay cuatro mundos habitables y en dos de ellos ha aparecido de forma independiente la vida". "Eso significaría -manifestó el doctor en Física de la UV- que la probabilidad de que en el universo haya vida es muy alta; afirmaría que el universo está poblado".



Estoy convencido al cien por cien que hay vida extraterrestre, posiblemente unicelular", señaló el científico valenciano al mostrar su profunda convicción de que en los próximos cincuenta años se podrá encontrar algún tipo de señal extraterrestre. "A lo mejor solo en el uno por cien de los casos se desarrolla algún tipo de vida compleja y en un uno por diez mil de los casos se llega a realizar inteligencia, pero estamos hablando de una galaxia que tiene doscientos mil millones de estrellas".



El astrónomo inició su disertación señalando que la opinión generalizada es que la vida en la Tierra depende de una extraordinaria cadena de hechos extraordinariamente improbables, según la cual "soloun sorprendente cúmulo de coincidencias ha permitido la habitabilidad de nuestro mundo. La probabilidad quizá sea tan baja como uno frente a un cuatrillón. Si en el Universo observable hubiera más de un cuatrillón de planetas, la estadística nos dice que, tal vez, en al menos un planeta se dará esa afortunada serie de coincidencias y ese planeta se llama Tierra"


Sin embargo, Ballesteros dio un giro completo a su exposición y quiso desmontar la llamada "teoría de la Tierra Rara", planteada en el año 2000 por Peter Ward y Donald Brownlee, que defiende que la vida en la Tierra es fruto de un cúmulo de casualidades, en el que confluyen condicionantes como la temperatura, la atmósfera, la existencia de agua, un campo magnético que desvía la radiación solar o el tener cerca un gigante gaseoso como Júpiter que ejerce como escudo contra los meteoritos, así como la presencia de la Luna y la fuerza gravitatoria que ejerce sobre nuestro planeta. 

Así, calificó como el "último reducto del geocentrismo" afirmar que la Tierra es un lugar especial. "En realidad –aseveró- sí que es cierto que tener toda la serie de casualidades que da lugar a la vida en la Tierra puede ser muy improbable, pero a lo mejor no es la única secuencia posible que traiga la vida a un planeta, porque puede haber otros escenarios alternativos". En este sentido, indicó que hay otras fuentes de energía distintas al Sol, como el vulcanismo inducido por fuerzas de marea como la que se produce entre Júpiter y su luna Ío, o la actividad entre Júpiter y Europa, su segunda gran luna en proximidad, que está totalmente recubierta de hielo de agua y en donde hay pruebas de que bajo ese hielo existe un océano.

Escenarios para la vida creo que puede haber muchos más", aseguró Ballesteros. "Tenemos un sistema solar, que es el nuestro, en el cual la Tierra tiene agua, Europa tiene agua, Titán tiene metano líquido y Marte tuvo agua. Por tanto, en un sistema solar tenemos cuatro mundos que son o han sido habitables. Eso puede indicar que en realidad, la habitabilidad es bastante frecuente, no es la excepción sino más bien la regla. Que sea habitable no quiere decir que esté habitado, pero en principio sí que sería capaz de albergar vida".


Contactos con vida extraterrestre




Sobre el otro gran interrogante sobre el que giró su disertación, la probabilidad de que se pudiera contactar con vida extraterrestre en el caso de que ésta existiera, el miembro del Observatorio Astronómico de la UV señaló que era muy baja "porque hay demasiados sitios en donde buscar". Así, se refirió al proyecto SETI, un conjunto de programas que exploran el firmamento con la esperanza de encontrar señales de transmisiones extraterrestres, del que dijo que lleva desde los años sesenta del siglo pasado buscando y no ha encontrado nada. 



Entre las búsquedas más señaladas del programa SETI hizo referencia a dos señales de banda estrecha: La señal "Wow", captada en 1973 desde un radiotelescopio de la Universidad Estatal de Ohio, considerada no terrestre y originada fuera del sistema solar, pero que no se ha vuelto jamás a detectar y sigue siendo un misterio. La segunda, más interesante aunque más débil que la "Wow", es la llamada "SHGb02+14A", captada desde 2003 por tres veces por el radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico), el mayor del mundo en la actualidad. Su origen podría deberse a la casualidad, a un ruido cósmico o incluso tratarse solo de un problema técnico

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