“El Universo tal y como lo entendemos es realmente infinito en todos los sentidos, abierto y no cerrado, pero también es finito por el tiempo, porque es más grande que la distancia que ha recorrido la luz desde el “Big Bang” hasta hoy. De ahí que todo lo que esté fuera de esa distancia sea aún inaccesible”. Con este estilo pedagógico e instructivo, Alberto Fernández Soto, científico titular del Instituto de Física de Cantabria, respondió a la cuestión que todos nos hemos planteado de si el espacio es infinito o, por el contrario, tiene límites.

“Como hubo un inicio y como la luz viaja a una velocidad finita, el trozo de Universo que podemos ver está limitado, pues solo es observable la parte cuya luz ha tenido tiempo de llegar a la Tierra”, afirmó Fernández Soto durante la conferencia “¿Es infinito el Universo”, organizada por la Fundación Cañada Blanch dentro del segundo “ConecTalks”, el ciclo de divulgación científica que dirige el catedrático de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València, Vicent J. Martínez.


“Más allá del espacio observable para nosotros puede haber más Universo y de hecho seguro que lo hay”, añadió el miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para quien desde el punto de vista de un astrónomo o de un físico “seguramente el Universo es infinito en el espacio, pues no tenemos paredes ni nada más, pero el que nosotros podemos ver o aspirar a ver siempre es finito porque siempre es una esfera a nuestro alrededor”.
Los tres puntos básicos del “Big Bang”
Antes de abordar la pregunta clave de su intervención, Alberto Fernández se remontó a la base observacional del “Big Bang” y a su historia a través de las aportaciones de Edwin Hubble, Albert Einstein y Georges Lemaître, entre otros, para a continuación explicar los tres puntos básicos de la teoría del “Big Bang”, según la cual el Universo se inició hace un tiempo finito a partir de una gran explosión. Sobre el primero, su expansión, explicó las observaciones de galaxias lejanas, cómo sabemos que se están alejando y lo que ello significa para poder entender que el espacio evolucionó a partir de un estado denso y caliente.

Sobre el segundo, el aspecto químico, indicó que el hecho de que el cosmos esté formado fundamentalmente de hidrógeno y helio puede entenderse conociendo cómo funcionan las reacciones nucleares de las estrellas o de nuestros reactores nucleares. “Esto te permite realizar unos cálculos físicos y plantearte qué saldría como producto si tuvieras un reactor nuclear funcionando en unas determinadas condiciones. Pues sale hidrógeno, helio y trazas de algunos otros átomos, que es precisamente de lo que está hecho el mundo, lo que refuerza la idea de que en un inicio era extremadamente denso y caliente”, expuso.
Respecto al tercer punto básico, la radiación de fondo de microondas, descubierta en 1965 y considerada la mejor prueba para explicar el origen y la evolución del firmamento, la definió como los restos o el eco de aquel momento en el que el espacio estaba tan caliente. “Si entendemos estos tres puntos, entendemos todo el modelo de la gran explosión y a partir de ahí se puede contestar a la pregunta de si el Universo es infinito o finito”, afirmó Fernández Soto.
El Universo aún inaccesible



En relación a la parte del espacio que sigue siendo inaccesible porque su luz aún no ha llegado hasta la Tierra, el también miembro de la Unidad Asociada del Observatori Astronòmic de València y del Instituto de Física de Cantabria manifestó que, desde el punto de vista físico-matemático, “lo lógico es que ese trozo del Universo sea igual que el que vemos, tenga los mismos componentes, la misma materia, las mismas partículas, las mismas leyes de la Física, pero en realidad no lo sabemos y nada obliga a que sea así”.

En ese sentido, se refirió a las teorías sobre las que algunas constantes de la Física, como las que rigen la interacción de las partículas elementales, la velocidad de la luz o, incluso, la constante de la gravedad, podrían variar ligeramente y hacerse más grandes o más pequeñas con el tiempo. “Para todas esas constantes –afirmó- tenemos límites muy sólidos, sabemos que no pueden cambiar más que una parte en diez mil millones o una parte en cien mil millones, y no es descartable que sean constantes desde nuestro punto de vista, pero realmente a distancias muy grandes pueden comportarse de otra manera”.

Como conclusión a su intervención, Alberto Fernández señaló que, a través de los telescopios en el espacio o con los telescopios de microondas, “estamos viendo hasta el borde del Universo observable, seguimos “entendiéndolo” y no aparece en nuestras observaciones nada que de repente nos haga afirmar que hay algo muy distinto que no encaja con lo que conocemos”.

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